A finales de septiembre el servidor que escupe las páginas de este dominio sobrepasó la cuota de transferencia contratada, por lo que durante el pasado fin de semana esta página lucía un diáfano y aclaratorio Bandwidth Limit Exceeded.
Otros meses he estado cerca de pasarme y por los pelos no cortaron el grifo, pero esta vez se ha llegado al límite justo dos días antes de acabar el mes, y el programita de control de tráfico por lo visto no perdona ni una.
Además el oráculo ha tenido a bien de asignar a este dominio un número cinco en su última batida de rankings, lo cual puede implicar que solo por visitas de buscadores ya me vea obligado a un cambio de aires.
Así que he decidido arremangarme y migrar a otro de los servidores que tengo contratados, donde me sobrará espacio, gigas y demás, y cancelar la modesta cuenta actual. El primer paso ha sido abrir el cliente FTP para volcar todos los archivos y hacerme con una copia de seguridad, pero antes he cometido el error de curiosear, descubriendo y echando un vistazo a directorios que no sé qué demonios hacían allí, y al rato me iba entrando la sensación de estar haciendo arqueología informática.
Se podría decir que sucede lo mismo cuando uno se muda de casa, empieza a recoger y empaquetar trastos, y misteriosamente van surgiendo de sitios insospechados todo tipo de cosas -propias y ajenas- aún más insospechadas. De igual modo por el cliente FTP han ido apareciendo archivos de variada condición y circunstancia: una vieja instalación de WordPress, fotos que subí hace dos años probando aplicaciones de álbumes de fotos, proyectos en fase de demostración para algún cliente, pruebas de desarrollo de otros trabajos, un zip con librerías de javascript… incluso copias de seguridad de otro servidor :(
Pensaba que solo con el jaleo que me llevo con los discos duros ya iba sobrado de caos, pero está visto que la desorganización siempre encuentra nuevas formas de expandirse. Y aún no he mirado las bases de datos, donde seguro que las tablas que guardan las entradas de este weblog conviven con otras extrañas criaturas.